Son muchas las familias con menores que están afrontando estos días la trágica noticia de la muerte repentina de un ser querido.  Dada la situación actual de confinamiento, es imposible despedirse del ser amado. Todos lo sufrimos, pero los niños y adolescentes son especialmente sensibles en estas circunstancias dado el concepto que tienen, especialmente en niños pequeños, de la muerte. 

Por otro lado, al tratarse de una muerte inesperada, no hemos podido preparar a los menores para lo sucedido; ni siquiera los adultos estamos preparados para una situación como la que estamos viviendo, pero tenemos más recursos para hacerle frente (creamos rituales propios, hablamos con personas cercanas o con profesionales de la psicología…) 

La Revista FAROS, que publica el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, publicó hace unos días un artículo con pautas que pueden ser útiles a la hora de comunicar a los pequeños de la casa el fallecimiento y ayudarles a afrontar el duelo.

ASPECTOS IMPORTANTES

Nos gustaría hacer un pequeño resumen de aquellos aspectos que consideramos más importantes en tan difícil situación:

  • Comunicar la muerte de la persona querida tan pronto como sea posible. Debe hacerlo  la persona con mayor vinculación afectiva del menor, preferiblemente por un progenitor.
  • Buscar un lugar tranquilo y acogedor para comunicar la noticia; un lugar donde el menor se sienta seguro. Su habitación, por ejemplo.
  • El lenguaje que utilicemos debe ser adaptado a su edad, dirigiéndonos a él/ella desde su misma altura
  • Las frases que utilicemos deben ser cortas, claras y concisas
  • Es importante ayudar al niñ@ a expresar e identificar sus emociones
  • Decir la verdad, pero sin dar demasiada información, especialmente en niños pequeños (evitar potenciar miedos). Los adolescentes pueden comprender mejor lo que ha pasado. 
  • Resolver las dudas que le puedan inquietar o preocupar de la manera más sincera posible; hablar abiertamente del tema cuando ellos lo soliciten, respetando sus sentimientos (tristeza, dolor, llanto) y haciéndoles sentir acompañados en todo momento.
  • Cualquier emoción o expresión conductual será individual y válida; cada persona expresa su dolor de manera individual, pero es importante que se sientan acompañados y aceptados tal y como son.