A menudo, nos encontramos con casos de padres y madres que acuden en busca de ayuda porque su hijo es muy movido en casa, tiene mucha energía, no para quieto y le cuesta concentrarse y prestar atención a las cosas.  ¿Es posible que tenga TDAH?

Este tipo de situaciones suele darse en edades muy tempranas los padres suelen darse cuenta cuando su hijo comienza las clases, ya que empieza a detectar algunas señales: Su rendimiento escolar es bajo, le cuesta concentrarse en clase y a la hora de estudiar o incluso sigue teniendo mucha energía después de todo un día de colegio y de actividades escolares. En un ámbito más familiar, al niño podría costarle quedarse quieto o podría salir corriendo.

 

¿Qué sucede entonces?

¿Puede ser entonces que estemos ante un trastorno por déficit de atención e hiperactividad?, más conocido en el ámbito psicológico como TDAH. Veamos:

La característica principal de este trastorno es un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad e impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo.

 

Características principales del TDAH

Los síntomas principales son: inatención y/o hiperactividad/impulsividad Veamos en qué consisten:

La inatención se manifiesta como desviaciones en las tareas, falta de persistencia, dificultad para mantener la atención y desorganización que no se deben a un desafío o falta de comprensión. Estas son algunas de sus características:

  • Con frecuencia falla en prestar la debida atención a detalles o como consecuencia de la falta de atención cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades. Por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión
  • Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas. Por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o una lectura muy prolongada.
  • Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos.

Por otro lado, la hiperactividad se refiere a una actividad motora excesiva (como un niño que corretea) y que le cuesta controlar. La impulsividad se refiere a acciones apresuradas que se producen en el momento, sin reflexión, como, por ejemplo, responder rápido en los exámenes, sin reflexionar la respuesta. Estas son algunas de sus características:

  • Con frecuencia juguetea o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
  • Con frecuencia se levanta en situaciones en las que se espera que permanezca sentado. Por ejemplo, se levanta en la clase.
  • Con frecuencia habla excesivamente o responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta.

A menudo, ambos síntomas se pueden presentar de forma combinada, es decir, inatención e hiperactividad juntos, pero no necesariamente es siempre así. Existen infinidad de factores y otros motivos que hacen que a veces sea complejo dar un diagnóstico completo.

 

¿El TDAH se cura?

Esta es la gran pregunta que todos los padres y las madres se hacen. El TDAH no es una enfermedad, por lo que no hay nada que curar. El TDAH es un trastorno que puede condicionar la vida de los niños y hay que aprender a convivir con ello. Se pueden atenuar los síntomas para que no condicionen la vida del niño de una forma negativa.  Además, se pueden adquirir herramientas que ayudan a gestionar los síntomas y a que pueda vivir su día a día sin tanta dificultad.

 

Consejo final: ¿Qué hago?

De igual manera, cuando aparece un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, siempre recomendamos acudir en primer lugar a un psicólogo, exponer el caso, realizar la debida evaluación y diagnóstico y dejarse recomendar por las técnicas de trabajo y los consejos que nos puede dar.

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