Las emociones:
Inteligencia emocional
La inteligencia emocional, a grandes rasgos, podríamos decir que es la habilidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las otras personas conjuntamente con la capacidad de regularlas. La conciencia emocional es el requisito para poder pasar a la regulación. La autorregulación emocional consiste en un difícil equilibrio entre la impulsividad y la represión. Ambos extremos son igualmente perjudiciales. También existe la regulación de las emociones de los demás, en el sentido de que el comportamiento de cada persona influye en las emociones de los demás y por lo tanto, en su comportamiento. Conciencia y regulación emocional son fundamentales para el afrontamiento de retos vitales.
Los efectos positivos de la inteligencia emocional se evidencian en los aspectos vitales como son, disminución de ansiedad, estrés, indisciplina, comportamiento de riesgo, conflictos interpersonales, etc. Y también se evidencian en el aumento de la tolerancia a frustración, resiliencia y, en último término, del bienestar emocional. Es decir, la no implicación en el consumo de drogas, comportamientos de riesgos como por ejemplo, conducción temeraria, violencia, delincuencia, etc.
Las emociones
La emoción es aquel motor que todos llevamos dentro. Una energía codificada en ciertos circuitos neuronales que nos mueve y empuja a vivir, queriendo estar vivos en interacción constante con el mundo y con nosotros mismos. Estos circuitos neuronales, mientras estamos despiertos, se encuentran activos, en alerta y nos ayudan a discriminar los estímulos importantes para nuestra supervivencia. Estos estímulos pueden ser recompensa, placer o de dolor y castigo. Teniendo en cuenta esto, podríamos definir emoción como una reacción conductual y subjetiva producida por una información proveniente del mundo externo o interno del individuo. En cuanto a los sentimientos, al reclutar mecanismos de conciencia y hacernos por tanto, conscientes de todo lo que pasa a nuestro alrededor, añade una mayor flexibilidad en la conducta humana.
Los pilares fundamentales de las emociones sirven para defendernos de estímulos nocivos (enemigos) o aproximarnos a estímulos placenteros para mantener la supervivencia. Nos ayudan para movernos o evitar las situaciones dependiendo de si son beneficiosos o perjudiciales. Las emociones también hacen que las respuestas orgánicas sean polivalentes y flexibles. Las emociones mantienen la curiosidad y el interés por descubrir cosas nuevas. Otro pilar de las emociones es que sirven para comunicarse con otras personas, consiguiendo una comunicación rápida y efectiva. Esto ayuda a la creación de lazos emocionales (familia, amistad) útiles para la supervivencia y sociabilidad. Otra función de las emociones es el almacenaje y la evocación memorística más efectiva. Y por último, tanto las emociones como los sentimientos, son mecanismos que juegan un papel importante en el proceso de razonamiento, ayudando a la toma de decisiones conscientes para la persona.
Teniendo en cuenta esto, podemos decir que alguna emociones pueden ser: enfado, felicidad, tristeza, tranquilidad, vergüenza, pasión, ilusión, rabia, asco, amor, esperanza, miedo, alegría, desesperación, impotencia, etc.
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