El pasado 18 de febrero se celebró el Día Internacional del síndrome de Asperger. Este año, Autismo España (federación que agrupa a 77 entidades sociales) ha liderado la campaña #HazEspacio para sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades con las que se encuentra este colectivo.

El síndrome de Asperger es un trastorno que se encuentra dentro del espectro del autismo (TEA) que no conlleva discapacidad intelectual asociada ni dificultades en aspectos formales del lenguaje. Sin embargo comparte muchas características asociadas a las personas con TEA como las dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento.

Las personas con síndrome de Asperger, muchas veces sufren de la dificultad que conlleva su diagnóstico, que suele ser tardío y que al no tener discapacidad intelectual asociada, quedan excluidos de las becas y ayudas para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.

Por otro lado, suelen ser víctimas de bullying escolar por sus dificultades en la comunicación con sus iguales y su falta de flexibilidad; el resto de alumnos los ven diferentes y los discriminan por ello. Y muchas veces los profesores tampoco saben muy bien cómo ayudarles por desconocimiento.

Cuando llegan a la edad adulta, se la da circunstancia que al no disponen del certificado de discapacidad (que acredita tener un 33% o más de discapacidad), no pueden solicitar adaptaciones en el puesto de trabajo y se les impide ser contratadas dentro del cupo del 2% de contratos de discapacidad al que están obligadas las empresas de más de 50 trabajadores. 

Por ello es muy importante tanto la detección precoz como la formación adecuada tanto del profesorado como del resto de profesionales que intervienen en la vida de estas personas (médicos, dentistas, empleadores…). El conocimiento sobre las características del síndrome y la capacidad empática de todos nosotros pueden favorecer la adaptación de las personas con Asperger tanto en la escuela como en el mundo laboral. Se trata de mirar de ponerse en su lugar y entender cómo ellos perciben el mundo.

Se está demostrando que con una adaptación laboral adecuada, apoyo y cierta sensibilidad por parte de la empresa son trabajadores comprometidos y muy eficaces por ejemplo en trabajos informáticos…

En Kinderapia podemos trabajar con ellos para enseñarles a interpretar a los demás y sus expresiones mejorando así las relaciones sociales, trabajar la comunicación efectiva pues no hay problemas con el lenguaje y trabajar la aceptación de los cambios que inevitablemente se producen a lo largo de la vida.