En el mundo de la logopedia los tratamientos más conocidos son los de dislexia, TDAH, dificultades en la lectura, dislalias de la /s/, /r/, tanto en niños como en adultos.
Pero también tenemos todo un universo de intervenciones cuando a los niños les cuesta deglutir, tienen los dientes desplazados, o les faltan dientes. Es estos casos, se debe trabajar en total coordinación con los dentistas o cirujanos maxilofaciales.
La intervención logopédica esta basado en un conjunto de procedimientos y técnicas para conseguir en el paciente el equilibrio óseo de la musculatura facial con el patrón respiratorio y por lo tanto la eliminación de malos hábitos. Se debe enseñar a que el paciente deje de poner la lengua en medio de los dientes.
Cuando se realice el tratamiento debe de ser en coordinación para trabajar tanto la causa como la consecuencia de las dificultades que están dando a los niños. Y así poder decidir cómo trabajar de manera simultánea y pautar la intervención tanto del ortodoncista como del logopeda.
Cabe destacar que no solo intervienen los profesionales sinó que los padres también pueden hacer una detección precoz y esto ayudaría mucho en la evolución del tratamiento. Los padres son los que están con los niños, y pueden observar si comen bien o con la boca abierta, no pronuncian bien todas las letras, aún llevan chupete o hacen la pipa, cuánto tiempo hace que lo hacen, cómo lo hacen, en qué circunstancias, cuándo salieron los dientes definitivos, y cómo están dichos dientes.
En el momento en el que existe un incorrecto patrón lingual y una maloclusión, los profesionales responsables también deberán analizar y decidir si la intervención se deberá producir de manera simultánea o sucesiva y, en este caso, qué tipo de intervención se producirá primero.
Si realizamos una colaboración entre todos los agentes que intervienen, el primer beneficiado de la situación es el niño, que es nuestro objetivo principal del tratamiento.
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